El año en el que me convertí en Leona. Vigilando, cuidando, oliendo, amamantando, en reposo pero alerta junto a mi cría. Ese año.
El año que naciste. El año que aprendí que el tiempo podía dilatarse y esfumarse a la vez. El año que cambió mis prioridades. Mis yo nunca. Mis yo jamás. El año en el que descubrí mi yo mamífera. Mi instinto feroz. Mi olfato. El año en el que me perdí para reencontrarme. El año en el que compartí mi cuerpo con el tuyo. El año en el que entendí que nada, nunca, iba a ser cómo era antes de ti. El año en el que me volví a enamorar de un hombre nuevo, que a la vez era el mismo, tu padre, mi vida, mi compañero increíble. El año en el que el amor se volvió el protagonista. El año de las cosas grandes que solo suceden en pequeñito. El año de escribirte una y otra vez porque no podía escribir sobre nada más. El año en el que tú naciste, hijo mío, yo renací.#losescritosdeaida
Inicio este nuevo espacio recuperando el que, para mí, es el texto más significativo de mi experiencia estos últimos años. El momento que lo cambió todo pero sobretodo, el momento que me cambió a mí. Este espacio va a ser un lugar dónde hablar de maternidad, de cambio y desarrollo personal, de mis vivencias como madre y mujer, de re-conectar con lo esencial, de la importancia de compartir y de mil movidas más… y lo haré colaborando con mi querido hermano, Lleïr Massana, que ilustrará algunos de mis textos con sus ilustraciones maravillosas, como habéis visto en este mismo post.
Tengo muchísimas ganas de este nuevo proyecto.
💗 ¡Gracias, gracias, gracias por leerme! 💗